20 abril 2007

Mal, mal, mal...

Sencillamente no puedo controlarme, siempre tengo una excusa para comer, comer, comer y seguir comiendo.

No puedo sacar la comida de mi cabeza en ningún momento.

No conozco la sensación de saciedad ante la comida, no se cuando debo parar, pero tampoco puedo parar.

Mi enfermedad me dice que no me merezco comer...y mis pantalones también.

3 comentarios:

Miranda dijo...

Eso es lo que se siente, es la enfermedad.
La ansiedad nos lleva a sentir unas ganas impulsivas por comer y simplemente no podemos parar. Se siente un vacío tremendo que parece llenarse con la comida; pero,claro, como el objetivo marcado por la propia enfermedad es estar delgadas, nos sentimos fatal por haber comido tanto y acabamos ayunando, devolviendo o hartándonos a laxantes.
La frustración, el dolor, el sentimeinto de culpa y de descontrol... son enormes, están a flor de piel.
Está claro que lo estás pasando mal. No dejes que la ansiedad y la enfermedad te puedan; pide ayuda si no lo has hecho todavía, para qeu tu bienestar llegue antes y las consecuencias sean las menos posibles.
Sé que los pantalones preocupan, pero debe importarnos mucho más el dolor que sentimos por dentro y que nos lleva a hacernos eso.

Un abrazo.

Miranda dijo...

Se me olvidó decirte que te pasaras por Pensamientos de Caramelo y por M.A.L.O.; son dos blogs que están muy bien, escritos por y para personas con trastornos alimentarios; quizá te ayude algo; quizá ya los conocieras. Es sólo por si podían ayudarte.

Otro abrazo, cuídate mucho, bonita.

Anónimo dijo...

idem