27 noviembre 2005

Dolor

Ayer estaba harta, no me importaba nada, sólo puedo llenar mi vacío con comida, y lo único que me hace sentir bien es estar vacía, sin comida.

Me he pasado la tarde retorcida de dolor, es lo mínimo que puedo hacer para pagar mis culpas, al menos no he llegado a las 100.

24 noviembre 2005

Zen

Llevo dos días en calma, débil, pero con cierta felicidad dentro de mi ¿después de la tormeta llega la calma?



Ojalá.

Mujeres presentan bulimia y anorexia por estrés

Enviado el 2005-11-22 20:40:48

Por Guadalupe Vallejo MoraMéxico, 22 Nov (CIMAC).- El 72 por ciento de las mujeres que son atendidas por el Instituto Nacional de Nutrición, cuyas edades oscilan entre los 24 y 30 años de edad, pierde su autoestima debido a que están sometidas a presiones laborales y domésticas, según resultados de varios estudios de investigación elaborados por la institución.Esto es resultado de la exigencia masculina hacia las mujeres para que sean "bellas, exitosas, buenas madres y esposas", lo que les genera altos niveles de estrés que derivan en diversas enfermedades psicosomáticas y crónico-degenerativas.

Mercedes Elizundia, directora del Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer (CEFIM), dijo que la mayoría de ellas presentan desnutrición debido a que desarrollaron enfermedades como bulimia y anorexia, y que 57 por ciento fueron diagnosticadas con cáncer de mama, mientras que la prevalencia de diabetes entre este sector poblacional es de por lo menos 50 por ciento.

Al presentar los detalles de Programa de Salud Expo Mujer. Quiérete y Cuídate, la especialista indicó que, si bien la mujer ha ganado espacios en el ámbito educativo, profesional, y se ha insertado en el mundo laboral con éxito, también está expuesta a largas jornadas de trabajo y exigencias tanto en su actividad productiva como en el hogar.

No obstante, dijo, esto lo ha hecho sin la orientación adecuada, por lo que se debe promover su liderazgo no solo en el ámbito profesional, sino también en el núcleo familiar a fin de que este no se pierda, pues ella es la encargada de formar a los hijos, de inculcarle valores y transmitir tanto la cultura como las tradiciones a la sociedad.

Para Elizundia, "el ser femenina" no debe dar pie a la desintegración del núcleo familiar ni a la sociedad, por lo que se debe preservar el liderazgo natural de las mujeres aunque haya obtenido otro tipo de liderazgos.

En este marco, resaltó la importancia de que las mujeres cuiden su salud, eleven su autoestima y se capaciten para enfrentar en mejores condiciones la vida familiar y laboral; en primer término, deben trabajar en su valoración personal.

20 noviembre 2005

Los 'comedores selectivos', las víctimas de un nuevo transtorno alimenticio

Están obsesionados por alimentarse solo con determinadas cosas. Algunos lo consideran la antesala a la anorexia y la bulimia.
Aunque se trata de un tema poco estudiado –de hecho no aparece descrito en el Manual Diagnóstico de Enfermedades Mentales–, quienes conocen la categoría de los comedores selectivos sostienen que puede tratarse de un nuevo trastorno alimenticio.
Se manifiesta con la negativa persistente de las personas a comer ciertas cosas, por ejemplo cualquier tipo de verduras y frutas, restricción que poco a poco amplían a otros grupos alimenticios, como las carnes, hasta quedarse solo con un puñado de alimentos.
"El comedor selectivo es aquel que consume menos de diez alimentos durante dos años", declaró la experta inglesa Dasha Nicholls al diario El Clarín, de Buenos Aires.
Quienes saben del tema han concluido que si bien puede afectar a personas de distintas edades, se ve con más frecuencia en niños. Es más, piensan que de no detectarse y tratarse a tiempo, los predispone a desarrollar trastornos más severos, como la anorexia y la bulimia.


No confundir

Hay pequeños que limitan su dieta a leche, carne, papas fritas y dulces: "El patrón selectivo con la comida es la imagen de sus vínculos sociales. Estos pequeños pueden tener fobia. A más estrés social, más capricho con la comida", afirma Mabel Bello, de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Argentina).
Para Camila Pombo, psicóloga con entrenamiento en trastornos de alimentación del centro Horus TCA, en Bogotá, "aunque están presentándose casos faltan más estudios e información para caracterizar mejor este patrón o determinar con certeza quiénes pueden padecerlo".
Claudia Cortés, nutricionista del Centro Colombiano de Nutrición Integral, pide tomar con cautela el tema, en aras de no confundir la predilección que muchos niños, entre los 2 y los 6 años, muestran por cierto tipo de alimentos, con un patrón anormal de alimentación.
Para Pombo, el hecho de que el tema sea tan poco estudiado constituye un problema en sí mismo: "Es posible que, existiendo realmente el patrón, las mamás crean que se trata de rebeldía o de una etapa de selectividad normal", dice Pombo.
Cortés opina que esta es la razón por la que los papás rara vez llevan a sus hijos a consulta cuando se muestran selectivos: "Los papás deben saber que el periodo de selectividad natural es pasajero y se supera con el tiempo", dice.
Según El Clarín, no siempre la selección de los alimentos se relaciona con procesos evolutivos. "Es necesario distinguir esa conducta de la selectividad asociada a los trastornos de la conducta alimentaria", dice Ana Jufe, del equipo de Nutrición y Trastornos de la Alimentación del Hospital de Clínicas.
Cita algunos ejemplos: está la selección de alimentos para no engordar, más frecuente en mujeres; la relacionada con otros trastornos de alimentación como la ortorexia (obsesión por comer sano) y la vigorexia (obsesión por tener un cuerpo musculoso y por lo tanto comer muchas proteínas), más común en hombres.
Además, está la selectividad alimentaria relacionada con los trastornos obsesivos de la personalidad, como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), donde el fanatismo pasa por los rituales: puede llevar a repetir el mismo menú durante años.
"También están los obsesivos que dejan de lado alimentos por sus calorías, sus conservantes o ciertas sustancias", dice Gustavo Bustamante, psicólogo del Fobia Club.

Transtornos alimenticios

Son manifestaciones extremas de preocupación por el peso y la comida. Se trata de desórdenes complejos que comprenden dos tipos de alteraciones de la conducta: una relacionada con la comida y el peso y la otra en relación consigo mismo y los demás.
La característica común de estos problemas es que tienen un comportamiento alimentario anormal. Los más comunes son la anorexia (preocupación excesiva por el peso y limitación casi completa de la ingesta de comida) y la bulimia (atracones de comida seguidos por la inducción del vómito).


FUENTE: ASOCIACION NACIONAL DE DESÓRDENES ALIMENTARIOS

Sensaciones

Mi cuerpo está saturado de tanta comida, lo que más me apetece es estar unos días a base de agua para purificarme, sentirme vacia y limpia, pero hay una persona que se preocupa por mi, no puedo hacerlo delante suya.

18 noviembre 2005

Que asco me doy

Esto se me va de las manos día tras día, cada mañana empieza llena de buenas intenciones, pero en cualquiero momento todo cae en pedazos, que triste, me gustaría desintegrarme, desaparecer, nunca le he hecho nada malo a nadie ¿por qué todo esto?

16 noviembre 2005

Permitirme la ironía

Tendencias otoño/invierno 2005/2006








Queda claro ¿verdad? este año arrasan los huesos

15 noviembre 2005

Trastorno alimenticio = adios vida social

Y así es, en este país tenemos la costumbre de reunirnos siempre entorno a comida y bebida, desde el desayuno en el trabajo, las cervezas y cenas con los amigos, las cenas de empresa, la comida en casa de tu suegra, las palomitas en el cine...siempre hay comida por todas partes, y para las personas a las que la comida nos provoca sufrimiento, nuestra "salida" es ir aislándonos de la gente, si no hay comida no hay vida social, si nos sentimos tan mal con nuestro cuerpo que preferimos no salir a la calle, acabamos arrastrados a la soledad y al olvido, como si no tuviéramos ya suficientes problemas, que triste.

12 noviembre 2005

El CHUS es la única tabla de salvación para 1.500 padres con hijas anoréxicas

sábado, 12 de noviembre de 2005

Unos 1.500 jóvenes, la mayoría adolescentes, reciben tratamiento contra la anorexia y la bulimia en la unidad de Trastornos Alimentarios del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), único de referencia para toda Galicia.
Por este motivo, cientos de padres se ven obligados a peregrinar a Compostela para que sus hijas -la mayoría son mujeres- puedan ser tratadas de su enfermedad. “Esto implica pedir permiso en el trabajo, además del gasto que supone el ir y venir en algunos casos una vez por semana y en otros, a diario, si la afectada está en el hospital de día, que funciona de 9 a cuatro de la tarde”, según denunció a este periódico María Flora Cajide, presidenta de la Asociación de Bulimia e Anorexia de Galicia (Abagal), en Santiago.
María Flora es una mujer que decidió en su día crear esta asociación “para ayudar a otros padres que se ven indefensos ante este problema y no saben ni cómo afrontarlo ni a dónde acudir”, dice, a la vez que señala que “todavía hay tabúes y mitos falsos sobre la anorexia y la bulimia”.
“Es un problema que está dentro de la sociedad y no se debe ocultar”, dice, además de subrayar que “la bulimia triplica en casos a la anorexia y es siempre la gran olvidada”.
Una dura lucha de años
La responsable de la asociación compostelana lanza un mensaje a los padres con hijos con trastornos de la alimentación: “No existen soluciones mágicas y es una lucha que en muchas ocasiones dura años”.
Sin embargo, quiere mostrar también el lado más positivo subrayando el “excelente trabajo” que llevan a cabo en la unidad dirigida por el doctor Felipe Casanueva, quien apuntó a este diario que “los casos de anorexia y bulimia que tratamos se están manteniendo en los últimos dos años, mientras que está creciendo la incidencia de la obesidad,”.
Curiosamente, a pesar de contar con una unidad especializada en Santiago para el tratamiento de estos trastornos, María Flora Cajide asegura que muchos padres “vienen a nuestra asociación desesperados por que no saben a dónde acudir “.
"Mido 1,65 y aunque bajé a 42 kilos, no me veía delgada"
Ana comenzó con catorce años a dejar de comer. Pasó por la anorexia nerviosa y después por la bulimia, comiendo compulsivamente, dándose atracones y vomitando después o haciendo ejercicio para que las calorías no dejasen marca en su cuerpo.
Midiendo 1,65 llegó a pesar 42 kilos. Pero confiesa que “llega un momento en que te empiezas a obsesionar y ya no lo haces por gustarle a la gente, sino por gustarte a ti. Te ves horrible; aunque delgada, no lo suficiente”.
Esta adolescente, que casi tres años después todavía acude dos veces al mes a la unidad de Trastornos Alimentarios del CHUS para seguir el tratamiento, empieza a ver la luz al final del túnel. Eso sí, sabe que no hay que bajar la guardia. Al igual que lo saben sus padres, que han sufrido este trastorno junto a ella.
“Es muy duro enfrentarte a este problema. Ves a tu hija que está desmejorando, pero no llegas a creértelo”, dice el padre de Ana, quien ha tenido, al igual que su mujer, que pedir permiso en el trabajo para ausentarse “muchas mañanas para acompañar a nuestra hija en la terapia”.
Esta familia se vió obligada a “venir a Santiago porque no encontramos otra opción”, tras intentar solucionar el problema llevando a su hija a psicólogos y psiquiatras.
Por eso, subrayan su agradecimiento al personal que desarrolla su labor en la unidad del hospital de Santiago, aunque también subrayan que “ha supuesto un gran sacrificio tener que faltar al trabajo y levantarnos muy temprano para estar a las nueve de la mañana en el centro para iniciar la terapia”, dice este padre que, al igual que otros muchos reclama “que haya al menos dos unidades más en Galicia”.
Señala que al coste laboral se añade el económico. “Porque muchos padres se ven obligados incluso a optar por vivir en Santiago una temporada para no tener que darse palizas de viajes, por ejemplo desde Ourense”.
Mientras, Ana, que confiesa que perdió el norte “alejándome de todos para encerrarme en mi mundo”, ve claro que su vida está normalizándose “gracias a mis padres y a los especialistas”
“No se debe confundir con un capricho”
Lucía Vázquez, psicóloga de Abagal, subraya que no existe una “causa” única que lleve a las jóvenes a padecer anorexia o bulimia, aunque sí apunta hacia la presión social “por tener una imagen, que muchas veces no se ajusta a la realidad. Es antinatural medir 1,75 centímetros y llevar una talla 36, como muchas modelos en las que se miran las adolescentes”.
Esta experta insiste en la necesidad de concienciar a la sociedad sobre este problema. “No se debe confundir con un capricho de adolescente, ni pensar que sólo pasa en clases pudientes. A cualquiera le puede tocar y por distintos motivos”.
Eso sí, insiste en que “hay una gran presión social para que seamos guapas y delgadas. Pero todos somos diferentes, no hay un canon de perfección ni de belleza”

Empecemos

Hoy quería poner en práctica una complicada dieta, todo ha ido bien hasta que mi novio ha venido a buscarme, hemos acabado comiendo hamburguesas, tenía bastante hambre, en ese momento todo me daba igual, y cuando terminé, quizá mi estómago estuviera un poco más lleno, pero a mi cerebro le daba igual, cuando he llegado a casa he seguido comiendo, por suerte he parado pronto.

Como me voy de viaje he estado volviendome a probar un bikini que me compré este verano y que no llegué a estrenar, para mi sorpresa al ser de estilo deportivo me aplasta bastante el pecho, así que lo añadiré al cajón de la ropa interior, cuanto menos abulte mi pecho, mejor para mi.

Le he enseñado una cazadora que me he comprado a mi madre, y me pregunta un tanto incrédula, si eso no me está pequeño, es curioso, se da cuenta de lo pequeña que es mi ropa pero no de como me voy consumiento ¿o quizá no lo quiere ver?

Me voy de viaje unos días, espero al menos poder controlarme, y no volver más obesa de lo que me voy.

Calorías hoy: 1908