30 mayo 2006

Calor contra anorexia

Dos son los aspectos novedosos que hallamos en la investigación que desde hace años abandera un grupo de investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), inscrito en la Unidad de Venres Clínicos de la Facultad de Psicología. El primero, la hiperactividad que demuestran las personas en un proceso anoréxico es un aspecto clínico que se ha soslayado con frecuencia atribuyéndolo a una mera intencionalidad del (normalmente la) paciente para quemar calorías. Sin embargo, el equipo que encabeza el profesor Emilio Gutiérrez García ha demostrado en modelos animales que la hiperactividad es mayor cuando la ingesta de comida es menor, pero bien al contrario si se aumenta la temperatura ambiental, entonces la actividad (de la rata, en el caso probado, y sobre una rueda) disminuye ostensiblemente.

El segundo asunto a investigar es la relación del trastorno alimenticio con una determinada latitud del planeta, incluso con la intensidad y la duración de la radiación solar, esto es, el clima influiría en la mayor o menor prevalencia de la enfermedad.El profesor Gutiérrez, del Departamento de Psicología Clínica de la USC, ya fue el primero en estudiar la relación entre la temperatura ambiente, la restricción de comida a ratas y su actividad, en colaboración con la Universidad de Sydney. En su trabajo probó que los roedores resisten muchos días y llegan incluso a recuperar peso cuando pueden correr, no tienen suficiente comida (sólo una hora y media diaria), pero en cambio con la temperatura ambiental calurosa sí logran sobrevivir en mejores condiciones.

Los psicólogos de la Universidad santiaguesa interpretan tal relación como un mecanismo termorregulador que se activa en el organismo de la rata, de modo que la mayor actividad física funcionaría como generador de calor para remediar la hipotermia que provoca la pérdida de peso.Modelo animal aplicado al humanoY esto... ¿qué puede implicar en el organismo humano? Según Gutiérrez, la investigación en el modelo animal muestra que la hiperactividad podría ser una especie de acto reflejo, un comportamiento involuntario que se relacionaría con la hipotermia característica de los anoréxicos. Atendiendo a dicha hiperactividad desde el punto de vista clínico se procedería al diseño de un tratamiento ambulatorio para el trastorno a base de aumentar el nivel calorífico del cuerpo, lo que compensaría el hecho de que en la actualidad todavía no exista ningún tratamiento psicológico ni farmacológico eficaz contra la anorexia nerviosa, que tiene una elevada tasa de mortalidad de entre el 10 y el 15 por ciento de sus afectados.

En ese abordaje terapéutico, el equipo del profesor Gutiérrez analiza la aplicación de calor sobre el paciente, y trabaja también con el empleo de saunas y chalecos térmicos como elementos indispensables a incorporar en el tratamiento rutinario de los aquejados de anorexia nerviosa. Una tarea que se completará cuando se descifre el mecanismo exacto que se pone en marcha con el calor para favorecer la ingestión de alimentos y reducir la actividad física. Los investigadores no descartan, incluso, que tal hallazgo contribuya al desarrollo de un medicamento específico en próximas fechas.


Terra Actualidad - Vocento/VMT