Tesofensina para la obesidad.
Un nuevo fármaco utilizado para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas ha obtenido muy buenos resultados contra la obesidad, ya que supera ampliamente la pérdida de peso de los actuales medicamentos para adelgazar. Pero habrá que tener paciencia porque está todavía en estudio (fase II).
La tesofensina es un fármaco con efectos sobre ciertos neurotransmisores (noradrenalina, dopamina y serotonina) que se utiliza en enfermedades como el parkinson y el alzheimer. En el transcurso del tratamiento de personas obesas se observó, como efecto secundario no buscado, que estas personas experimentaban una considerable pérdida de peso (más del doble de la obtenida con otros fármacos contra la obesidad) como consecuencia de que se reducía en ellas la sensación de hambre. Este fármaco también se ha probado en animales.
A la vista de lo anterior, un equipo de investigadores daneses liderado por Arne Astrup, profesor de nutrición de la Universidad de Copenhague, ha estudiado la tesofensina en su utilización específica como fármaco contra la obesidad. Sus conclusiones han sido muy interesantes y prometedoras, y se han publicado en la prestigiosa "The Lancet". Dichas conclusiones indican que es un fármaco más efectivo y seguro que los utilizados hasta el momento, orlistat y sibutramina (el rimonabant acaba de ser desaconsejado o retirado del mercado por sus efectos psiquiátricos negativos).
El estudio se realizó sobre 203 pacientes obesos, de los que 161 lo completaron. Se les sometió a una dieta hipocalórica y a un aumento de la actividad física, y durante cinco meses y medio se les administró tesofensina a la mitad de ellos (subdivididos en tres grupos con dosis de 1/4, 1/2 y 1 mg. al día). A la otra mitad se les dio un placebo.
Los resultados fueron muy prometedores: el grupo que recibió el placebo redujo su peso en una media de 2,2 kg., frente a una reducción media de 6,7 kg., 11,3 kg., y 12,8 kg. para los tres grupos mencionados a los que se administró el fármaco. Estas cifras resultan aún más significativas si se comparan con las reducciones esperadas en ese periodo para los medicamentos actualmente en uso, según los investigadores: 2,9 kg. el orlistat, 4,2 la sibutramina y 4,7 para el retirado rimonabant.
También se apreció una mejora en el metabolismo de la glucosa (aunque no una reducción de azúcar en sangre) y en los niveles de colesterol y triglicéridos, si bien sólo la dosis más baja, de 1/4 de mg. al día, produjo una reducción significativa del LDL o colesterol "malo".
Como efectos secundarios cabe citar náuseas, sequedad bucal, insomnio, mareo, diarrea y estreñimiento en algunos de los pacientes, en especial entre los que tomaron la dosis más alta. También presentaron un aumento de su tensión arterial y del ritmo cardiaco, salvo los que tomaron la dosis más baja. Por lo que respecta a los posibles efectos psiquiátricos (de especial interés a la vista de lo ocurrido con el rimonabant), sólo se puso de manifiesto una mayor tendencia a los cambios de humor.
Según los propios investigadores y diversos expertos, como Marisol Fernández-Alfonso, presidenta de la Sociedad Española para el Estudio de la Salud Cardiometabólica, estos resultados no son más que preliminares (fase II), y es necesario realizar estudios más extensos (en fase III), sobre todo para analizar los efectos sobre la tensión, el ritmo cardiaco y posibles efectos psiquiátricos. Por tanto, esperanza sí, pero también paciencia y cautela.
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