13 diciembre 2008

Estudio sugiere que el azúcar podría ser adictiva

La ciencia está verificando lo que muchas personas que comen en exceso ya sospechaban desde hace tiempo, que el azúcar puede ser adictiva.



De hecho, este edulcorante parece suscitar los mismos cambios en el cerebro que se observan en las personas que abusan de drogas como la cocaína y la heroína.

Los hallazgos debían ser presentados el miércoles en la reunión anual del Colegio Estadounidense de Neuropsicofarmacología en Nashville.

"Nuestra evidencia a partir de un modelo animal sugiere que el consumo excesivo episódico de azúcar puede actuar sobre el cerebro de manera muy similar a las drogas que causan dependencia", señaló durante una teleconferencia el 4 de diciembre Bart Hoebel, profesor de psicología de la Universidad de Princeton.

"Beber grandes cantidades de agua con azúcar con hambre puede causar cambios conductuales y hasta neuroquímicos en el cerebro similares a los producidos cuando los animales o las personas consumen sustancias adictivas. Estos animales muestran señales de síndrome de abstinencia y hasta efectos duraderos similares al ansia", dijo.

El Dr. Louis Aronne, director del Programa integral de control del peso del Hospital Presbiteriano de Nueva York y del Centro Médico Weill Cornell de esa ciudad agregó: "La gran pregunta es si esto es un asunto conductual o químico-metabólico. Este tipo de evidencia corrobora la idea de que se trata de algo químico".

Una "adicción al azúcar" hasta puede actuar como vía para un abuso posterior de otras drogas como el alcohol, señaló Hoebel.

Las etapas de la adicción, como las define la American Psychiatric Association incluyen consumo excesivo episódico, síndrome de abstinencia y ansia.

Para la nueva investigación, se les negó alimento a las ratas durante doce horas al día, luego se les dio acceso a la comida y al azúcar (25 por ciento de glucosa y 10 por ciento de sacarosa, similar a una gaseosa) durante doce horas al día durante tres a cuatro semanas.

El consumo excesivo liberó una oleada de dopamina, un neurotransmisor, cada vez en la parte del cerebro relacionada con la recompensa, el núcleo accumbens. "Se ha sabido que el abuso de drogas libera o aumenta los niveles de dopamina en esa parte del cerebro", aseguró Hoebel.

Pero no fue solo el azúcar lo que causó este efecto, explicó Hoebel, fue el azúcar combinado con la alternación en los horarios de privación y largueza. Luego de tres semanas, las ratas mostraron señales de síndrome de abstinencia similares a las observadas en quienes intentan dejar de tomar, de beber o de usar morfina.

A continuación, los científicos bloquearon las endorfinas del cerebro de los animales y hallaron síntomas de síndrome de abstinencia, depresión conductual y reducción en los niveles de dopamina. En otras palabras, confirmaron una relación neurológica con el comportamiento de las ratas.

Pero períodos más largos de abstinencia no "curaron" a las ratas. En cambio, hubo efectos duraderos con los animales. Ingirieron más azúcar que antes, como si ansiaran la sustancia y, sin azúcar, consumieron más alcohol.

Los investigadores especularon que algunos de esos cambios en el cerebro también podrían ocurrir entre los que tienen trastornos alimenticios como bulimia y anorexia, aunque hace falta algo de investigación para confirmar los efectos en los seres humanos.

"Algunos dicen que es fácil perder peso, basta con cerrar la boca y dejar de comer tanto", comentó Aronne. "Yo les digo que una buena manera de superar el calentamiento global es si la gente fabrica menos dióxido de carbono respirando menos". Obviamente, eso es absurdo. No podemos hacerlo sin sentirnos incómodos.

"Lo mismo aplica para la comida", añadió. "La comida que engorda afecta el mecanismo regulador que descompone su sensación de llenura, le hace sentir la urgencia de volver por ese choque de azúcar y esto crea el círculo vicioso de aumento de peso que estamos viviendo".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare

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