Un nuevo trastorno alimentario está a punto de ser bautizado y reconocido como enfermedad, el de la expurgación o eliminación continua de los alimentos, ya sea a través del uso de laxantes o de los vómitos. En verdad, el desorden es similar al de la bulimia nervosa, y comparten el hecho de que ambos síndromes implican comer por demás, intentando compensar las calorías.
Lo que convertiría al uso de purgantes como un desorden diferente es la cantidad de alimento consumida y la manera en que los enfermos compensa lo que comen. Las mujeres con purging disorder comen cantidades normales o aún pequeñas de alimento, pero después lo expulsan, a menudo, con vómitos. La diferencia es que aquellas que padecen de bulimia tienen grandes episodios de atracones alimenticios, que se van de control, y que después son seguidos de purgas, ayuno, o ejercicio excesivo.
“El desorden de la expurgación es nuevo, en el sentido de que no se ha sido reconocido oficialmente como una condición única en la clasificación de los desórdenes de la alimentación – explica Pamela Keel, profesors de psicología en la UI de artes y ciencias liberales-. Pero no es un nuevo problema, as mujeres han estado luchando con el desorden de la expurgación mucho antes de que comenzáramos a estudiarlo.”
En un paper o documento científico editado en la prestigiosa publicación especializada Archivosde Psiquiatría General, Keel comparte los resultados de su estudio, hincando que el desorden de la expurgación es un problema significativo entre las mujeres, y diferente del de la bulimia.
La investigadora reclutó a participantes del estudio, a las que dividió en tres grupos: mujeres sin desórdenes alimentarios, mujeres que eliminan sus ingestas para compensar atracones, y mujeres que usan los laxantes o los vómitos para controlar su peso o forma corporal, pero que no tienen “borracheras comilonas”.
Keel descubrió que las mujeres con desorden de expurgación comparten algunas características con las bulímicas: ambas experimentan depresión, ansiedad y perturbación en cuanto a su imagen corporal y a las dietas, cosa que no se da entre las mujeres que no padecen desórdenes alimentarios.
Pero el estudio estadounidense también proporcionó evidencia de que el desorden de la expurgación sería una enfermedad distinta: la diferencia entre las mujeres con esta enfermedad y las bulímicas estaría basado en un mecanismo fisiológico que influye sobre la ingesta de comida.
Quienes padecen de trastorno expurgatorio mostraron una mayor sensación de estómago lleno y plenitud luego de comer, comparadas con las mujeres que tienen bulimia y con las que no tienen ningún trastorno de la alimentación.
Keel admite que es preciso llevar a cabo más investigaciones sobre el desorden expurgatorio, para comprenderlo mejor y apoyar su inclusión dentro de la actual clasificación médica de los desórdenes alimentarios.
“Debido a que tendemos a estudiar sólo los desórdenes formalmente definidos, hay una brecha entre los problemas que tienen las personas y lo que nosotros sabemos acerca de esos problemas. Identificar este desorden estimularía la investigación sobre sus causas, su tratamiento y su prevención, todo lo cual podrían aliviar la ansiedad y el deterioro que sufren las mujeres que padecen la enfermedad.”
Ahora, la investigadora está trabajando en un estudio complementario que explore por qué algunas mujeres sienten la necesidad de eliminar lo que comen con laxantes o vómitos, sin tener en cuenta que se trata de cantidades normales e incluso pequeñas de alimento.
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