Mi vida es un infierno, esto no es algo voluntario, llega sin avisar y cambia tu vida para siempre, espero algún día poder reconciliarme conmigo misma y con este mundo que tan mal me ha tratado desde siempre, pero hasta que ese día llegue...
12 febrero 2009
¿Podría llegar la anorexia a la Fórmula 1 esta temporada?
Lanzo la pregunta al aire. Es evidente que en la competición del motor, el peso y reducir las masas es importantísimo. Suponen reducir notablemente inercias en el bólido – sea coche o moto -, esfuerzo y castigo a los neumáticos, y gracias a la mayor ligereza ganar unas centésimas e incluso décimas preciosas en cada aceleración, frenada, paso por curva o ganar en una recta unos km/h más que la competencia. Esta temporada es innegable que los F1 que vayan a usar el KERS o tengan previsto introducirlo más adelante, tendrán ahí un sistema que si bien les aportará durante unos segundos a voluntad una potencia extra, también conlleva un sobrepeso extra.
Por ello ya supimos de casos como el de Fernando Alonso, que perderá unos kilitos para favorecer el peso total del conjunto coche-piloto. Y así contrarrestar ese lastre que supondrá el KERS, esté en uso o simplemente en standby recargando sus baterías. Hoy leo a través de The F1 que Sebastien Buemi también se suma a la causa para perder 5 kilos. Lo que ya me alerta es que, el joven rookie no es precisamente una mole por complexión corporal.
Quiero pensar, que el control médico en la F1, que es tan exhaustivo y está tan controlado, sigue siendo igual. Preservando siempre, para propia seguridad de la salud de los pilotos un margen más o menos generoso en exceso que no acercándose peligrosamente a la línea de casi lo justo en el tema del peso de una persona. Entiendo que en un F1, 5 kg puede ser una ventaja – se habla de que por cada 10 kilos más, son 4 décimas que invierten de más en cada vuelta -. Pero en una persona, sobre todo de complexión delgada como Buemi, 5 kg también es una importante bajada de peso.
No quiero ser tremendista, ni mucho menos sensacionalista con este artículo. Pero si algo tengo muy claro es que con la salud no se juega. También tengo claro que cada uno con la suya hará lo que le plazca, faltaría más. Pero no me gustaría ver una nueva fama en esta competición – y las que se sumaran – con pilotos acercándose peligrosamente a la anorexia por arañar unas míseras décimas de segundo al crono por vuelta. No compensa si llegamos al extremo.
Que un piloto es evidente que debe estar en forma sí, pero siempre, siempre, se ha jugado con la distribución de pesos. Incluso ha habido casos de pilotos excepcionalmente competitivos en diversas categorías que respecto a sus rivales tiraban por tierra ciertos ideales de física o aerodinámica, estudiando compensar las supuestas carencias en otras zonas. Bien con pilotaje, bien con puesta a punto, estrategia en carrera o ambas cosas. E incluso en ocasiones sacando provecho de su lastre físico. Tanto si por complexión natural es este lastre por exceso, o por defecto.
Por no hablar de lo que una bajada de peso, que ahora puede verse como tolerable, pueda ocasionar en situaciones puntuales. Supongamos un piloto que se lo haya currado por ganar esos 5 o 10 kilos menos por su parte para el conjunto coche-piloto estando ya anteriormente en un peso muy ideal y saludable. Situémonos en un GP peculiar, como Bahrein o Sepang con sus altas temperaturas. Bebidas isotónicas en cantidad, riquísimas en sales minerales, para prevenir la deshidratación. Pues si un piloto se ha acercado demasiado, consciente o inconscientemente, a la delgada línea entre tener un peso ideal con cierto margen de beneficio para el cuerpo, puede ser más proclive a sufrir un desvanecimiento durante esas carreras a unos 50º de temperatura en el habitáculo si no más.
Mejor no pienso en las consecuencias que pueda haber, pero sin duda este tipo de situaciones son las preferidas de nuestro amigo Murphy. Por no hablar si se les ocurre para sortear estas probabilidades la idea de unos meses antes, que el piloto gane esos kilitos de nuevo, que posteriormente los vuelva a perder… encarecidamente pido desde éste humilde post de opinión que no se juegue con la salud. Puesto que en éste campo los humanos también somos proclives a meter la pata cuando menos nos lo esperamos.
Que una cosa es mantener un peso ideal, y buscar reducir el peso del coche – una máquina al fin y al cabo – a la mínima expresión según el reglamento, así como la decisión de una persona de que se la puede jugar estrellándose a mucho más de 120 km/h, y otra cosa es intentar llevar más al límite por lo mínimo a la naturaleza. Demasiado exprimir para 5-10 kilos de más o de menos, en una máquina de apenas 700 kg, 800 CV y estudiada para una eficacia a alta velocidad brutal.
Fuente: racingpasion.com
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